lunes, 23 de julio de 2012

JUNTA DE UNOS DE LOS DOS MAS GRANDES EMPRESARIOS DE AREGENTINA



"El negocio de los derechos humanos", una obra tan explosiva como necesaria  


El negocio de los derechos humanos no se puede entender sólo desde el punto de vista material. Menos aún se comprende limitándolo al plano simbólico. La alianza estratégica entre los principales organismos de derechos humanos y el gobierno nacional que asumió el poder el 25 de mayo del 2003 sintetiza la convicción y la conveniencia.



En un gobierno en el que parecer es hacer y el relato va más allá de la historia, el símbolo puede prevaler sobre el dinero, como en el caso de Estela de Carlotto, o el flujo de fondos públicos puede convencer a Hebe de Bonafini de que Néstor Kirchner era "un hombre de buena madera".
El periodista Luis Gasulla, columnista de TDP y conductor del exitoso programa radial Ahora es nuestra la Ciudad, expone con crudeza el cinismo que significa apelar a los más nobles sentimientos y recuerdos de una sociedad para estafar a los más humildes. Aprietes, censuras, doble discurso y la utilización de los desprotegidos, expresado en líderes políticos y sociales que utilizaron la noble bandera de los derechos humanos para construir sus propios proyectos. De la Fundación Madres de Plaza de Mayo al monopolio de la identidad.
El negocio de los Derechos Humanos. De los secuestros y desapariciones en democracia al gatillo fácil. De Sergio Schoklender a los nuevos estafadores escondidos en siniestras secretarías y ministerios. Del pasado glorioso de Hebe de Bonafini a su siniestro presente. De un gobierno que tomó como propias las reivindicaciones de antaño a un fantástico negocio.
Tópicos del libro, que fue editado e impreso por editorial Sudamericana:
EN RELACIÓN CON SCHOKLENDER Y BONAFINI:
- Fundación Madres de Plaza de Mayo por dentro (antes, durante y luego del escándalo). Del amor incondicional a Sergio Schoklender a erigirse en chivo expiatorio ideal.
- La Toma del Parque Indoamericano como el comienzo del fin. La historia oculta de la ocupación que marcó un antes y un después de la política de seguridad del gobierno nacional. ¿Quién disparó primero?
- La Muerte de Néstor. Las envidias de José López, el número 2 de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación. Los negocios tras la caída de Schoklender. La Fundación: Entre Emilio Pérsico y los amigos de Amado Boudou.
- La misteriosa mujer que fue el nexo entre Ciccone, Schoklender y Boudou.
- Narcotráfico, ¿Mito o realidad en los misteriosos aviones de Schoklender? Respuestas oficiales caricaturescas.
- De Resistencia, Chaco a Buenos Aires, funcionarios y arquitectos confiesan las tasas de retorno y el lavado de dinero dentro de la Fundación: "Íbamos 50 y 50".
- El negocio de la obra pública. El cinismo de la utilización del símbolo y el engaño a los más humildes. De los pueblos olvidados del Chaco al incendio en Villa El Cartón. El convenio trucho que complicaría a funcionarios del Ministerio de Obras Públicas de la Nación.
- La Ruta del Dinero y los Fondos del Bicentenario. La consultora que negoció el silencio.
- El vaciamiento de la Fundación de la mano de la hija de Hebe de Bonafini. Las peleas con su madre.
. Antes y después de la cárcel. Oyarbide parcial. Los nuevos Schoklender
- Bonafini: De la denuncia a los servicios de inteligencia a la alianza con Fernando Pocino
- Sueños Compartidos: De Vaca Narvaja a Luis Gerez, famosos que pasaron por la Fundación
- La historia de la empresa Madres de Plaza de Mayo: De la Calesita a la construcción de viviendas
- La Fundación: una síntesis de la corrupción K. Schoklender similitudes y diferencias con Amado Boudou: Dos trapecistas del poder.
- Las Cristinas y la militancia rentada.
JORGE JULIO LÓPEZ -DESAPARECIDOS EN DEMOCRACIA - ESTELA DE CARLOTTO
- El negocio del símbolo. La otra historia de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final.
- Lobby en los organismos de derechos humanos. Carlotto como "colocadora" de funcionarios y de sus hijos.
- La increíble historia de Sara Cobacho, ex secretaria de DDHH de la Prov de Bs. As. y el marido de su nieta.
- La moda de la creación de secretarías de DDHH y el negocio de las indemnizaciones
- Santa Cruz y los DDHH
- ¿Monopolio en el Banco de Identidad?
- El otro símbolo: Jorge Julio López y la instauración del temor al regreso de los militares
- La trama oculta de la desaparición de Luis Gerez. Los vínculos con el Movimiento Evita
- Testimonio exclusivo: La ex mujer de Juan Puthod descree del gobierno.
- Pertenecer tiene sus privilegios: Schoklender descubre al Vatayón Militante (entrevistas exclusivas)
Para el "El negocio de los Derechos Humanos", que ya se puede conseguir el librerías, se realizaron más de 300 entrevistas con gran parte de los protagonistas, el autor recorrió la inmensa mayoría de las obras de la Fundación y su obra contiene confesiones interesantes como la de funcionarios que admitieron que existió tasa de retorno en las obras. Finalmente, la viuda de Puthod aseguró que, a su marido, lo secuestró el propio gobierno provincial  y sospecha que lo hicieron con la intención de levantar la figura de Scioli en el 2008.




¿ALGUIEN SERIAMENTE PUEDE CREER QUE A LA 

PRESIDENTE LE INTERESAN LOS DDHH?

GERARDO MARTINEZ. REPRESOR Y AMIGO DE LA PRESIDENTE.
El lunes 16, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, la Presidenta recibió a un grupo de 50 sindicalistas cercanos al oficialismo y opositores a la conducción de Hugo Moyano en la CGT. A la derecha de Cristina Fernández de Kirchner, estaba sentado Gerardo Martínez , titular de la UOCRA.
Durante la dictadura, en la comunidad informativa de la inteligencia militar, se lo conocía con el seudónimo de “Gabriel Antonio Mansilla”.
Martínez actuó como agente secreto del Destacamento 201 de Inteligena de Campo de Mayo , según su foja de servicios, que se publica por primera vez, en la que se lo califica como “agente leal y útil” (ver Una foja …). En julio del año pasado, Martínez había sido denunciado en el juzgado federal del juez Ariel Lijo como agente del Batallón de Inteligencia 601 pocir el sindicato de la construcción SITRAIC y organismos de derechos humanos (APDH, AEDD, APEL, entre otros).
La Secretaría de Derechos Humanos admitió que Gerardo Alberto Martínez (DNI 11.934.882) figuraba en el listado del Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Batallón 601 , aunque informaba que había actuado entre marzo de 1982 y diciembre de 1983. El 3 de julio, en declaraciones a radio Mitre , Martínez dijo que había sido convocado por los militares para la reconstrucción de las islas Malvinas una vez que las Fuerzas Armadas dominaran el territorio, pero que él no tuvo “nada que ver con la dictadura, ni había firmado nada”.
Ambas informaciones están desmentidas en su legajo microfilmado, archivado en el Departamento de Personal de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército.
Según la revisión de las fojas, Martínez es presentado en julio de 1981 en el Destacamento de Inteligencia 201, con asiento en la guarnición de Campo de Mayo, y comienza a actuar en octubre de 1981 , mes en el que cobra su primer sueldo. Para entonces no había ningún plan para reconquistar las islas. Además, Martínez jura (y firma) servir con “lealtad y fidelidad” al organismo militar (ver abajo) .
El titular de la UOCRA ingresó a la inteligencia militar a los 25 años, con el seudónimo de “Mansilla Gabriel Antonio”.
Su especialidad fue “Agente de Reunión en el ámbito Gremial”.
Su destino era el SAEIC, Sección de Actividades Especiales de Inteligencia y Contrainteligencia. Martínez ingresó como agente secreto (“C3) a “horario completo”. En algunos casos, los agentes participaban de los operativos para garantizar su efectividad.
Recibían una remuneración complementaria por “actividad riesgosa ”. El juramento por “fidelidad y lealtad” con el órgano de la inteligencia militar Martínez lo efectúa en enero de 1982 con el mayor Alfredo Filippelli, 2do jefe del Destacamento 201, en Campo de Mayo. En 1983, el jefe del SAEIC, el capitán Raúl Fernando Delaico , lo recomienda para el ascenso por su tarea entre 1982 y 1983.
PRONTUARIO: GERARDO MARTINEZ.
El oscuro pasado del jefe de la UOCRA durante la dictadura.
Es jefe del gremio desde 1990. Pero nunca trabajó en la construcción. Fue hombre de confianza del coronel Coria, represor de la dictadura. Sus vínculos con el Batallón 601 y la protección gubernamental.
LIDER GREMIAL. Martínez se mantiene en la primera línea del sindicalismo, pero redujo sus ambiciones de conducir la CGT.
Fue una mañana de 1978, en pleno genocidio, cuando Gerardo Alberto Martínez, DNI 11.934.882, fue presentado al teniente coronel Pedro Armando Coria en la oficina del primer piso de la sede de la UOCRA, intervenida por la dictadura militar. “Este muchacho es de confianza…”, dijo Segura, del gremio de la Carne, que lo había acercado. El coronel le dio la mano y Martínez sonrió.
Ese encuentro cambiaría su vida. Había llegado a Rawson 42 con un vaquero Far West con bocamanga de felpa cuadrillé, un par de mocasines y una camisa leñadora azul y blanca. Tenía un título de egresado como técnico mecánico del ENET de San Fernando, había militado en la Juventud Sindical Peronista (JSP) e incluso había trabajado en Ferrocarriles Argentinos. Su padre era ferroviario. Hasta entonces, con 22 años, Gerardo Martínez nunca había trabajado de albañil. Ni lo haría jamás. Pero no se movería de la UOCRA por el resto de su vida.
El interventor tenía otros antecedentes. Hombre de Infantería al servicio del Primer Cuerpo de Ejército, había sido subordinado del general Acdel Vilas para la represión militar en el “Operativo Independencia”, en Tucumán. Como a Vilas habían intentado envenenarlo con comida, Coria había tomado la precaución de hacer revisar cada plato que salía del comedor.
El coronel Coria había llegado al gremio a “cortar cabezas”. Su proyecto -en realidad, el de la dictadura- era agenciarse del dinero de las obras sociales y que formar un sindicalismo le respondiera. Rogelio Papagno, titular de la UOCRA hasta el golpe de Estado de 1976, estaba encarcelado en un barco junto a otros peronistas de primera línea. Coria buscaba reducir a los disidentes de las líneas intermedias y formar dirigentes afines que mantuvieran la relación con los trabajadores y llevaran a cabo el proyecto militar dentro del sindicalismo, que conducía el Ejército. Todos los interventores gremiales eran de esa fuerza. En ese marco se inscribe la vinculación de Gerardo Martínez con la UOCRA en 1978.
Tras unos días en la Secretaría Administrativa, donde conocería a Susana, su esposa, Martínez comenzó a actuar como “colaborador gremial”. Debía observar si en las obras se cumplían con los requisitos de seguridad y los papeles estaban en orden. Para los “colaboradores gremiales”, que habían respondido a Papagno durante el 73-76 y se mantuvieron en el gremio, Martínez no era bien visto porque “era un hombre de la intervención militar”. Preferían no compartir las visitas a las obras con él. Era cierto: en poco tiempo, Martínez se había convertido en una suerte de “secretario privado” del interventor militar.
Protegido por Coria, trabajando en el box del primer piso de Rawson 42, sin hablar de lo que no sabía, llevando y trayendo papeles, Martínez fue creciendo. Básicamente, fue entendiendo. La actividad sindical estaba prohibida, pero en las obras los obreros podían plantear condiciones laborales, y los delegados empezaban a recurrir a la UOCRA para pedir apoyo. Existía cierto margen de maniobra y Martínez la aprovechó. Tenía un lema que a veces repetía frente a los suyos: “Información, base para la acción”.
Poco tiempo después llegaría su salto político en el gremio. Fue con la intervención en la UOCRA de Capital Federal de Juan Alejo Farías, que había sido delegado en Mosaicos Campolonghi, ex hombre de Papagno y que se había ido acomodando al tiempo de los militares. En el gremio, empezaron a llamarlo “El Sargento” Farías. Con él, Martínez se convirtió en un jefe orgánico de la UOCRA. No tenía una formación política sólida, pero sí una educación media que no era un dato menor dentro del gremio. Y a diferencia de Farías, a Martínez, cuando hablaba, se le entendía. Esto representaba un aporte importante a su capacidad de conducción.
Martínez ya tenía dos radios de acción: En Pringles 30, sede de UOCRA Capital, junto a Farías. Y en Rawson 42, sede de UOCRA nacional, junto al coronel Coria. Los delegados obreros que visitaban el gremio en busca de mejores condiciones laborales o la habilitación de algún predio para los afiliados, sabían que Martínez tenía línea directa con el coronel Coria y “El Sargento” Farías. “Si hablaban con él, estaban hablando con la intervención”, explicó a Clarín una fuente gremial.
Subordinado a ambos, Martínez fue construyendo su propio armado político y de seguridad. Había llevado a la UOCRA a Hugo Ferreyra -amigo de juventud-, trajo gente del sindicato de la carne y de gastronómicos y fue formando sus propios “colaboradores gremiales”, entre ellos Juan Ladina, quien 20 años después iría a prisión por pedir “coimas”(véase recuadro página 36). Martínez ya leía peronismo. Incluso más, en su departamento de la calle Vuelta de Obligado, en Belgrano, tenía El Libro Verde de Khadafi. Pero como todo dirigente gremial con voluntad de liderazgo, tenía que armar una estructura de seguridad interna. Alguien que controlara un plenario, que garantizara que no hubiese peleas, que no hubiese enemigos, que cuidara la puerta principal y el normal desarrollo de los asados. Alguien que velara, también, por su seguridad personal. Esa responsabilidad, Martínez se la delegó a “Chicho”, su tío, el hermano de su mamá, Doña Isabel. Decía que él le había regalado el departamento donde vivía. Abajo, su mamá atendía una rotisería.
“Chicho” era un civil del Ejército. “Un service”, como se los definía por entonces. Había formado un cuerpo de seguridad para la UOCRA con una docena de hombres, gente de avería, delincuentes con “boletas” impagas, ex “tripletas” (AAA) u hombres de la CNU (Concentración Nacional Universitaria), quienes conformaron una transición perfecta entre la derecha del peronismo y la dictadura.
Martínez trajo a “Chicho” a Pringles 30 en un tiempo en que los hombres de Papagno querían volver a tener el control del gremio. Y enseguida muchos supieron que “Chicho” era un “service” porque tenía un fusil FAL, un arma del Ejército que excedía cualitativamente las armas cortas de uso gremial. “Chicho” guardaba el FAL en el sobretecho del baño de Pringles 30. Un día, cuando el grupo de la “patota” de Papagno intentó entrar al sindicato “Chicho” frenó al jefe, un fisicoculturista muy respetado internamente (había tirado a alguien por la ventana). Parado en la escalera, “Chicho” lo desafió: “Vení, musculoso. Vení a tirarme a mí, poné un pie en el escalón y te doy con esta…”, y entonces abrió su sobretodo y le apuntó con su FAL. Ese día, el grupo de Papagno no pudo entrar, aunque algunos después se fueron “aggiornando” en la custodia del gremio.
En forma paralela a sus actividades en la UOCRA, Martínez formaba parte del Batallón de Inteligencia 601, como Personal Civil de Inteligencia (PCI). La información que brindó el Ejército indica que prestó servicios a esa dependencia militar entre el 1 de marzo de 1982 y el 31 de diciembre de 1983. En una sentencia judicial, el juez federal Ariel Lijo consideró al 601 como “un engranaje de relevancia para el accionar de la dictadura y la concreción de crímenes de lesa humanidad”.
Martínez era apenas un PCI entre los miles que fueron adoptados por la estructura de inteligencia militar para infiltrarse en sindicatos, universidades, organizaciones sociales para trasladar información al Batallón, que luego se valoraría en la Central de Reunión del 601. Con esa información, se ejecutarían las tareas que correspondieran para hacer más eficiente la represión ilegal. El jefe del Batallón 601 era el coronel Alfredo Valín. Durante la dictadura, desaparecieron 105 obreros en todo el país, 60 de ellos en Capital Federal. Martínez no fue el único “albañil” que respondía a la inteligencia militar (véase recuadro “Los otros albañiles´…”).
Cuando la dictadura empezó a desmoronarse, y el proyecto sindical de permanencia pensado por los militares perdía sustento, Martínez ya estaba afincado dentro del gremio. No se movería. Con la democracia a la vista, empezó a hacer un trabajo político más fino con delegados de obras de la Capital Federal, quienes le podían reportara la adhesión de afiliados, e impedir, de este modo, el regreso “de los viejos” de la lista Marrón. Hizo un muy buen trabajo. En las elecciones de 1984, la dupla Farías-Martínez, de la Lista Blanca venció a la Lista Marrón. Farías fue electo secretario general del gremio y Gerardo Martínez, su secretario de Organización. El mismo cargo, pero en la UOCRA Capital, obtuvo su amigo y compradre Hugo Ferreyra, que lo acompaña hasta hoy. Otro de los vocales de la lista Blanca, Raúl Leiva, también agente civil del Batallón 601 (aparece en el listado de PCI), obtuvo un puesto de vocal (ver recuadro). Un ex CNU, el doctor Julio Lamela, formó parte del equipo de asesores legales del gremio.
La acción gremial en tiempos de Alfonsín fue conduciendo a Martínez a espacios de relevancia. Se convirtió en uno de los “jóvenes brillantes” del cervecero Saúl Ubaldini, titular de la CGT, junto a José Luis Lingeri (OSN), Rodolfo Daer (Panaderos) y Andrés Rodríguez (UPCN). También formaba parte de las 62 Organizaciones Peronistas y se mantenía subordinado al “Sargento” Alejo Farías, pero con la certeza de que él mismo, tarde o temprano, se quedaría con el gremio. Todavía era joven. En 1988 tenía apenas 32 y la capacidad de interpretar cuándo llegaría su momento. A un dirigente de UOCRA que preparaba una lista para enfrentar a Farías, le explicó: “Bajate que lo hacemos ganar y después lo volteamos”. No mentía.
En 1988 Farías obtuvo su segundo mandato. Un año más tarde, con Carlos Menem como presidente, Gerardo Martínez ingresó al Estado. El ministro de Trabajo Jorge Triacca lo designó su jefe de Gabinete. Desde allí, podía intervenir en favor de distintos gremios, pero su intención fue mellar el poder de Farías, que había quedado anclado en el “ubaldinismo” mientras él, Martínez, ya quería colocar al sindicato en la órbita de la nueva tendencia: el menemismo.
Ese mismo año, con un amplio trabajo en todo el país, (logró el apoyo de ex cuadros de inteligencia de la dictadura, asentados en la UOCRA de Rosario y Santa Fe), Martínez logró desplazar a Farías. Seis meses después, como candidato único, obtuvo la conducción del gremio, que al día de hoy no abandonaría.
Cinco años más tarde, en 1995, alcanzaría la jefatura de la CGT. Y luego viraría hacia Eduardo Duhalde (le hizo grabar un video al ex presidente con un saludo para su madre, en su cumpleaños 70) y más tarde, después del 2003, haría un algo forzoso ingreso al calor oficial, a través del control gremial de la obra pública del Ministerio de Planificación y manteniéndose dentro de los parámetros de la “sintonía fina” para los acuerdos paritarios. Cuando desde algunas líneas del gobierno lo sondeaban como posible sucesor de Hugo Moyano en la CGT, su aparición en la lista de agentes civiles del 601, le hizo perder cierto lustre en la consideración oficial, pero ningún funcionario se animó a vertir alguna declaracion pública en su contra. Desde la Secretaría de Derechos Humanos trataron de atenuar el impacto con un comunicado laudatorio. Según fuentes consultadas en esa oficina, es el primero que se recuerde para un ex agente de inteligencia de la dictadura. (ver recuadro).
Asentado en una poderosa estructura que recauda alrededor de diez millones de dólares mensuales del medio millón de los afiliados de la UOCRA, sin enemigos internos, y a la búsqueda de un apoyo oficial más explícito (logró una foto con la Presidenta en Cannes después del triunfo en las elecciones de octubre), Gerardo Martínez prefiere que su paso como agente civil en la dictadura no manche su foja de servicios gremiales.
Quizá algún día le informe a la Justicia cuál fue su tarea en la inteligencia militar, quién lo reclutó, cuál era la naturaleza de sus informes a la dictadura y a quién reportaba en el Batallón 601 durante el genocidio. Quizá lo haga. En la solicitada publicada bajo su firma en Página/12 del año pasado Gerardo Martínez reivindicó “el camino de la memoria, la verdad y la justicia”. Ahora, además de reivindicarlo, tiene la oportunidad de recorrerlo.
Los otros “albañiles” de la inteligencia militar
Las infiltraciones de la inteligencia militar también incluyeron a otros dirigentes del gremio de la construcción. Durante la dictadura, Horacio Barcos, “Quique”, fue agente civil del Destacamento de Inteligencia Militar 122.
Figura como “agente de reunión”. En mayo de 1978, en Santa Fe, participó del secuestro y tormentos contra José Tur y Amalia Ricotti.
Años más tarde, esta última lo reconoció, lo denunció y Barcos fue juzgado y condenado a 15 años de prisión, que cumple en la cárcel de Las Flores.
En 1996, Barrios, que trabajaba en la Obra Social de la UOCRA, fue designado por Gerardo Martínez como interventor en 1996 en Tres Arroyos.
De esa excursión, se llevó una condena de cinco años por extorsionar a un empresario de la construcción. Barcos se desempeñó como agente de la inteligencia militar hasta 1997. Otro agente civil que aparece en el listado del Destacamento 122, también como “agente de reunión”, es Eduardo Juan Daffunchio, asesor legal de la UOCRA Santa Fe.
Por último, otro agente civil del Batallón 601, muy allegado a Martínez -actuaron juntos en la intervención militar del gremio- es Raúl Alberto Leiva, quien fuera vocal de la UOCRA en 1983. En algunos asados gremiales, Leiva se ufanaba de haber sido un “hombre operativo” de la banda de Aníbal Gordon durante la dictadura. Mencionaba que en esa época Francisco “Barba” Gutiérrez , actual intendente de Quilmes, se les había escapado más de una vez.
Gerardo Martínez designó en varias oportunidades al ex 601 Leiva como interventor de las seccionales de Bahía Blanca y Neuquén de la UOCRA.
EL PROTECTOR MENOS PENSADO.
La Secretaría de DD.HH. omitió a Martínez en la lista del Batallón 601.   Consejo. El secretario de DD. HH. ayudó a Martínez a destrabar una complicada situación judicial en el 2000.
En febrero de 2010, tras un pedido de un juzgado federal de La Plata, el Poder Ejecutivo ordenó por decreto eliminar el secreto de Estado sobre el Batallón de Inteligencia 601 del Ejército. El 601 constituyó el “corazón” de la represión ilegal.
Tenía miles de agentes civiles y militares infiltrados en distintos ámbitos -gremiales, estudiantiles, etc-, a los que denominaban su “comunidad informativa” , quienes producían información y la enviaban al Batallón, donde la analizaban y clasificaban.
En base a ella, actuaban los “Grupos de Tareas”.
La lista de los 4300 agentes fue entregada por el Ejército a la Secretaría de Derechos Humanos, quien a su vez la derivó al Archivo Nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaría.
Ese listado, que publicó la revista Veintitrés por primera vez, en su edición del 18 de febrero de 2010, no contenía el nombre de Gerardo Alberto Martínez, DNI 11.934.882.
Su situación como ex agente parecía quedar a salvo.
En mayo de 2011 Horacio Vertbisky advirtió que el gobierno tenía información “descalificatoria” sobre el pasado de Gerardo Martínez en la dictadura militar, sin agregar otro comentario.
El 12 de julio de 2011, un sindicato de la construcción opositor a Martínez, SITRAIC, denunció la pertenencia del titular de UOCRA al Batallón 601. La noticia alcanzó a los diarios y Veintitrés , en su edición del 14 de julio, explicó que, tras la publicación del primer listado, el Archivo de la Memoria había sumado otras 800 identidades, en las que sí se incluía Martínez.
Sin embargo, más allá de que luego se anexaran o no otros 900 agentes, lo cierto es que Gerardo Martínez, DNI 11.934.882, ya aparecía en el listado confeccionado por el Ejército bajo la firma del general Cesar Milani, con fecha del 5 de febrero de 2010.
(véase facsímil). ¿Por qué la Secretaría de Derechos Humanos omitió su nombre al hacer pública la lista original del 601 a través del Archivo Nacional de la Memoria, y que obtuviera la revista Veintitrés? Según fuentes judiciales consultadas por Clarín , la relación entre Eduardo Luis Duhalde y Gerardo Martínez surgió en un momento complicado para éste último. Antiguos “colaboradores gremiales” de los años ‘80 estaban siendo juzgados por pedidos de coima ante la justicia. Martínez sospechaba que el expediente judicial podría subir y rozarlo. Por entonces, en el año 2000, Duhalde era juez de Cámara en lo Criminal y por su propia iniciativa, en una reunión en la UOCRA, le recomendó a Martínez al penalista radical Zenón Ceballos, con buen poder de lobby en la justicia -gobernaba De la Rúa- y quien, confiaba Duhalde, podía lograr, con su labor profesional, que el avance de la instrucción judicial no afectara al titular de UOCRA.
El consejo de Duhalde fue efectivo. Los hombres de la UOCRA -Juan Ladina, Juan Albani, Juan Segura- fueron condenados por “extorsión” a penas de hasta casi seis años, pero Martínez no fue involucrado en el expediente. Desde ese momento Eduardo Luis Duhalde y Martínez sellaron una relación que continuaría en el nuevo proceso político. A pocos meses de asumir Néstor Kirchner recibió a Gerardo Martínez en la Casa Rosada y Duhalde participó de la reunión.
Por último, la Secretaría DD.HH admitió que el jefe de la UOCRA era agente de la dictadura un año y medio después de que el Ejército entregara el listado del Batallón 601.
Tras la denuncia judicial, realizó dos presentaciones al juez Ariel Lijo, que entiende en la causa. En la primera, en octubre de 2011, informa que Martínez fue agente del 601. En la segunda, en diciembre, le indica al juez que pese a esa pertenencia, el titular de UOCRA no tuvo vinculación con “los crímenes cometidos” durante la dictadura.


SINDICATO DIVIDE QUE REINARA



Barrionuevo: "Cristina pretende ser la secretaria general de la CGT"

El gastronómico dijo que la Presidenta "quiere un sindicalismo dividido y sometido"; vaticinó que "se va a dar una nueva conducción y una nueva formula" en el peronismo; críticas a La Cámpora"La Presidenta quiere un sindicalismo dividido y sometido. Pretende ser ella la secretaria general de la CGT". El sindicalista Luis Barrionuevo, titular de la CGT Azul y Blanca, cargó contra Cristina Kirchner y vaticinó que va a surgir "una nueva conducción, una nueva fórmula" en el peronismo.
En diálogo con radio Mitre, el jefe de los gastronómicos analizó la situación económica del país. "La Presidenta toma algunos manotazos de ahogado que sugieren algunos en algunas áreas, y así nos va...", planteó. Enseguida habló de las intenciones de la mandataria. "Ella quiere un sindicalismo dividido y sometido, pretende ser ella la secretaria general de la CGT. Ella quiere representar a todos", lanzó.
"Por eso tengo entendido que no le gustó cuando [Armando] Cavalieri dijo: «Apurate, Cristina, porque esto requiere premura». Si Cavalieri plantea eso, es porque alguna experiencia tenemos. No estamos viendo bien la cosa, estamos siendo demasiado tolerantes", agregó.
Consultado sobre la interna en el peronismo bonaerense, los roces entre el gobernador Daniel Scioli y su vice, Gabriel Mariotto, y las elecciones presidenciales de 2015, Barrionuevo no dudó en contestar. Dijo que la "persecusión que le hacen a Scioli no está bien vista por la sociedad" y juzgó que no es "nueva".
"Desde el Senado que lo castigan [a Scioli], no es de ahora", sostuvo. Como posible explicación de esa "persecusión", Barrionuevo dijo: "[La Presidenta] no quiere que nadie asome en un futuro".
Respecto del futuro del peronismo, el sindicalista consideró que "se va a reciclar en su momento" y dijo que ahora "está agazapado, esperando". Agregó: "En la interna, se va a dar una nueva construcción, una nueva fórmula".
Respecto de la agrupación juvenil La Cámpora, Barrionuevo lanzó: "Cuando les sacaste la caja, se terminaron, no tienen historia".


El antimoyanismo se distancia de algunas políticas del Gobierno

La alianza con Cristina Kirchner quedó escenificada en una larga mesa repleta de sindicalistas y funcionarios. Fue el lunes. Pero después de la visita a la Casa Rosada, algunos de los gremialistas afines al Gobierno dieron un inesperado giro y se plantaron ante determinados temas que el kirchnerismo prefiere, por ahora, mantener debajo de la alfombra.
La Presidenta sentó lo más próximo a ella a los dirigentes con los que más estrecho vínculo mantiene. A su lado, ubicó al albañil Gerardo Martínez, y a dos butacas de distancia, al estatal Andrés Rodríguez.
Casualmente fueron Martínez y Rodríguez los que trazaron una barrera de distancia con las políticas oficiales al objetar recientemente las mediciones del Indec sobre inflación y reconocer que comenzó a notarse una baja en la producción de distintas actividades.
También puede interpretarse como un gesto de autonomía la protesta que activaron los colectiveros de la UTA, un gremio cercano al Gobierno.
El sindicato que lidera Roberto Fernández aceptó en marzo una paritaria a raya [fue del 18%] por tres meses. Esto despertó malestar y fue una de las razones que activaron el paro del transporte de larga distancia que afectó a miles de pasajeros durante esta semana.
Tanto la reacción de la UTA como las críticas de Martínez y Rodríguez no forman parte de una estrategia para echar por tierra cualquier intento de disciplinamiento oficial. Son apenas brotes personales y aislados entre un grupo de sindicalistas que se formó con el principal objetivo de desbancar a Hugo Moyano de la CGT y forzar una improbable unidad sindical.
Bajo el mismo techo conviven "los Gordos" (representantes de los grandes gremios), ex moyanistas y dirigentes gremiales vinculados al Estado. El debate interno es todavía parte de la rutina semanal del antimoyanismo. Aún no lograron consensuar ni siquiera un candidato que los represente en su CGT, a pesar de que el metalúrgico Antonio Caló ya se autoproclamó como el futuro secretario general.
"Con el Indec nos forzaron a una definición, porque Moyano había anunciado que iba a medir su propia inflación", minimizó las diferencias con el Gobierno uno de los cabecillas del antimoyanismo. La misma fuente reconoció a LA NACION que él tampoco confía en las mediciones del Indec.
Unos días antes, el oficialista Andrés Rodríguez, de UPCN, había admitido que "no" cree en los datos del Indec sobre la inflación.
También esta semana, Gerardo Martínez, de la Uocra, consideró "preocupante" la suba del costo de vida, al advertir que la "inflación en la Argentina se desfasó y hay que buscar controlarla". También admitió "algunas dificultades" en el sector de la construcción, aunque precisó: "En algunas zonas, como en Puerto Madero, se mantuvo la producción".
Sumó incertidumbre al sector la ausencia del metalúrgico Caló del encuentro con la Presidenta. Su candidatura navega hoy en un mar de desconcierto. Dirigentes que hasta hace unas semanas lo proclamaban como el referente ahora lo critican sigilosamente. O, en público, ponen en duda quién será el jefe de la CGT antimoyanista, que se consolidará el 3 de octubre.
En sus apariciones, Caló siempre aseguró que no se dejará manejar desde la Casa Rosada. El fue uno de los impulsores de un documento firmado por los adherentes del antimoyanismo que dejó sentada la postura del bastión sindical.
"Aspiramos a acordar una conducción independiente de los poderes del Estado, de los gobiernos y de los intereses foráneos, pero integrada regionalmente y constructora de los puentes necesarios para alcanzar los acuerdos indispensables y los objetivos fundamentales", expresaron los rivales de Moyano, en un documento, el 10 de julio pasado, cuando se reunieron más de 30 gremios en la sede de la UOM.
En el encuentro con la Presidenta, el antimoyanismo logró lo que fue a buscar: el reconocimiento del Gobierno como interlocutor. La legitimidad. Más adelante, consideran los dirigentes, llegará la hora de los reclamos y los planteos. Sin embargo, la intensidad cotidiana los empujó a diferenciarse de algunas políticas, como la del Indec, la inflación y la puja salarial.

LOS CORTOCIRCUITOS

  • 1) La ausencia de Antonio Caló. 
    A pesar de ser el candidato para liderar la CGT antimoyanista, el metalúrgico no asistió a la reunión con la Presidenta en la Casa Rosada. Su faltazo no cayó bien.
  • 2 ) El Indec y la inflación. 
    Andrés Rodríguez, uno de los gremialistas más cercanos al Gobierno, reconoció que no cree en los datos del Indec. Gerardo Martínez dijo que la "inflación se desfasó" y reconoció "dificultades" en el sector de la construcción.
  • 3) Un paro de un gremio aliado. 
    A los dos días de la reunión con la Presidenta, el gremio de los colectiveros de la UTA hizo una huelga que afectó el transporte de larga distancia en todo el país. Reclama subas salariales tras una paritaria de un 18%.

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Chumbi


Revelan el rol que Martínez cumplió en la dictadura militar

El titular de la Uocra y aliado del Gobierno en la pelea contra Moyano, fue agente de inteligencia del Ejército entre 1981 y 1983.

El lunes 16, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, la Presidenta recibió a un grupo de 50 sindicalistas cercanos al oficialismo y opositores a la conducción de Hugo Moyano en la CGT. A la derecha de Cristina Fernández de Kirchner, estaba sentado Gerardo Martínez, titular de la Uocra. Durante la dictadura, en la comunidad informativa de la inteligencia militar, se lo conocía con el seudónimo de "Gabriel Antonio Mansilla". 


Martínez actuó como agente secreto del Destacamento 201 de Inteligencia de Campo de Mayo, según su foja de servicios, que se publica por primera vez, en la que se lo califica como "agente leal y útil" (ver aparte). En julio del año pasado, Martínez había sido denunciado en el juzgado federal del juez Ariel Lijo como agente del Batallón de Inteligencia 601 por el sindicato de la construcción Sitraic y organismos de derechos humanos (APDH, AEDD, APEL, entre otros). 

La Secretaría de Derechos Humanos admitió que Gerardo Alberto Martínez (DNI 11.934.882) figuraba en el listado del Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Batallón 601, aunque informaba que había actuado entre marzo de 1982 y diciembre de 1983. El 3 de julio, en declaraciones a radio Mitre, Martínez dijo que había sido convocado por los militares para la reconstrucción de las islas Malvinas una vez que las Fuerzas Armadas dominaran el territorio, pero que él no tuvo "nada que ver con la dictadura, ni había firmado nada". 



Revelan el rol que Martínez cumplió en la dictadura militarEl legajo



Ambas informaciones están desmentidas en su legajo microfilmado, archivado en el Departamento de Personal de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército. 



Según la revisión de las fojas, Martínez es presentado en julio de 1981 en el Destacamento de Inteligencia 201, con asiento en la guarnición de Campo de Mayo, y comienza a actuar en octubre de 1981, mes en el que cobra su primer sueldo. Para entonces no había ningún plan para reconquistar las islas. Además, Martínez jura (y firma) servir con "lealtad y fidelidad" al organismo militar.

ANTES IVAMOS POR  LOS IDEALES
AHORA VAMOS POR LOS PESOS


la Empresaria Cristina y El Empresario  Moyano deberían verse por el salario mínimo

POR MARTÍN BRAVO

Es porque el Ministerio de Trabajo prorrogó el mandato del camionero hasta octubre.


23/07/12
En la reunión con los gremialistas afines, Cristina Kirchner chequeó la fecha con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y confirmó que el mes próximo reunirá al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil para fijar el nuevo monto. Esa cita con representantes del Gobierno, los trabajadores y las cámaras empresariales podrá implicar el cruce -habrá que ver en qué términos- de Hugo Moyano con la Presidenta. Todo indica que el camionero será convocado para participar, por un aspecto formal y también político: en la Casa Rosadaanalizan que funcione como precedente del armado de una mesa más amplia, que incluya a todas las ramas del sindicalismo en la negociación con los empresarios.
Distintas fuentes -incluso de gremios antimoyanistas- coincidieron en que, al prorrogar el Ministerio de Trabajo los mandatos de las autoridades de la CGT hasta el congreso de octubre, Moyano asistirá a la reunión en agosto. “Al posponerse los mandatos, lo tienen que convocar. Si hay mayoría de este lado, no va a riesgos.
La voz de él no va a valer nada ”, aseguró a este diario Oscar Lescano, jefe del sindicato de Luz y Fuerza y referente del sector de “los Gordos”. Cristina estuvo en el Ministerio de Trabajo en la reunión del Consejo del Salario Mínimo, en agosto de 2011.
La CGT de Moyano pidió la semana pasada la convocatoria al Consejo, y desde ese sector adelantaron que exigirán llevarlo de los $2.300 actuales a $3.000, es decir una suba de poco más del 30%. Los gremios alineados con el Gobierno fijaron el reclamo en el 25%, con lo que quedaría en $2.875. “Vamos a esperar. Cuando suceda, haremos los comentarios”, dijo Omar Plaini, titular de los Canillitas, a Clarín . Hombre de Moyano y secretario de prensa de la CGT, aseguró que el camionero no recibió señales de la eventual convocatoria y que asistirán en caso de que se confirme: “¿Cómo no vamos a ir, si somos la CGT? CGT hay una sola, la de Azopardo. La otra es una cuestión de deseos”.

“IMPOSIBLE TAPAR EL SOL CON LA MANO¨.

PESE A LA HIPOCRESIA PERIODISTICA LA VERDAD SALE A LA LUZ.
Como consecuencia del programa de LANATA, emitido desde La Rioja el domingo 15 de julio del 2012, tres periodistas terminan aceptando públicamente que BONASSO más que curriculum tiene PRONTUARIO.
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Por LEGALIDAD. Por JUSTICIA. Por la FAMILIA. Por el derecho a la VIDA.
Por una correcta aplicación de los DDHH.
Por un país JUSTO, DEMOCRÁTICO, REPUBLICANO y FEDERAL

En el programa Periodismo Para Todos, que conduce Jorge Lanata, presentaron un informe en el que se mostró las propiedades de los gremialistas opositores a Hugo Moyano


En una nueva emisión del programaPeriodismo Para Todos (PPT), que se emite por El Trece, el periodista y conductor, Jorge Lanata presentó como tema central un informe que retrata la vida de la nueva cúpula de la CGT, que se consolidó en la reunión que mantuvo días atrás la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con un grupo de sindicalistas opositores a Hugo Moyano.
El informe detalló el estilo de vida que mantienen losdirigentes gremiales, y a su vez mostró cómo creció su patrimonio a lo largo de estos años a través de la adquisición de inmuebles que en algunos casos, como el de Moyano, superan el millón de dólares.
"Son todos menemistas con lista única en el sindicato y están tapados de ahorros", lanzó Lanata en alusión al grupo de gremialistas que integran la denominada "CGT Balcarce". Entre ellos figuran nombres como Gerardo Martínez, Jorge Omar Viviani, José Luis Lingieri, Armando Cavalieri, José Pedraza, entre otros. Por otro lado también se hizo referencia a Moyano.
En este sentido, la diputada Graciela Ocaña señaló, en el programa: "Los sindicalistas deberían presentar declaraciones juradas como líderes de las obras sociales". La ex ministra de Salud aseguró haber realizado el pedido al jefe de Gabinete, Abal Medina, que en respuesta contestó que tales patrimonios no eran de carácter público.

EL PATRIMONIO DE LOS SINDICALISTAS

En el ciclo, se detalló las propiedades que cada gremialista tiene. A continuación, se citó:
  • Gerardo Martínez, Secretario General de la UOCRA: una casa en Núñez, otra en un barrio cerrado, y una tercera en una playa brasileña.
  • Jorge Omar Viviani, Secretario General del Sindicato de Peones de Taxis: Vive en Recoleta en un departamento valuado en 2 millones de pesos.
  • José Luis Lingieri. Jefe del Sindicato de Obras Sanitarias. Director de AYSA. Tiene en su haber un departamento valuado en 600.000 dólares. Además posee un inmueble en Bariloche, y es dueño de un auto de carreras.
  • Armando Cavalieri. Sindicato de Comercio Es dueño de un campo en Roque Pérez, de una cerealera y un garaje. También de un departamento en Le Parq. Su mujer es la directora del parque temático Tierra Santa.
  • José Pedraza. Unión Ferroviaria: Tiene un piso completo en Torres El Faro, en Puerto Madero, valuado en 1 millón de dólares. Paga 6000 pesos de expensas.
  • Hugo Moyano: Se mostró una quinta, que estaría valuada en 1 millón de dólares.

BILLETES PARTICULARES

El otro informe que presentó PPT reveló la existencia de una serie de billetes de cien pesos que forman parte de la serie U y que presentarían fallas en su impresión. Según explicó el periodista, los mismos podrían corresponder a los que en su momento imprimió la Casa de la Moneda, a raíz de los que se desató econflicto con la ex imprenta Ciccone Calcográfica, que involucraría al vicepresidente Amado Boudou.
En la presentación del ciclo se vio a una imitación de la Presidenta, a cargo de la humorista Fátima Florez, participando de una fiesta que intentó ser una parodia de la que realizó hace algunas semanas la hija de Claudio Caniggia, Charlotte. Luego y como parte de su monólogo tradicional, el periodista afirmó: "Los Caniggia se parecen a nuestra clase política, viven en un mundo de fantasía".

Serias fallas en billetes de $100 que habrían sido impresos por Ciccone


En el programa Periodismo para Todos presentaron emisiones legales de la serie U -a cargo de la Calcográfica- con errores de diseño. Video

No son falsos, pero nadie parece querer aceptarlos como válidos. Son legales, pero su aspecto y diseño parece la obra de un aprendiz de falsificador. Se trata de los nuevos billetes de 100 pesos serie U, confeccionados en nuestro país, los cuales cuentan con gruesos errores de impresión.

Los billetes de ejemplo fueron presentados en el programa Periodismo para Todos. En la edición de ayer se mostraron distintos billetes con errores comonúmeros invertidos, manchones de tinta, letras al revés e imágenes duplicadas entre otros detalles observables a simple vista.

Según denunció el concejal del Frente de Todos de San Pedro, Mario Sánchez Negrete, en el ciclo conducido por Jorge Lanata, fue un cajero automático el que le entregó el billete en ese estado de mala impresión.  Respecto de la procedencia de estos billetes, el diario Clarín consignó: "Fuentes del Gobierno dijeron que los billetes fallidos que están en circulación no fueron producidos por la ex Ciccone, pero ningún funcionario lo aseguró de modo oficial". Lo cierto es que el Gobierno había informado que la Casa de Moneda de Brasil imprimiría billetes de $ 100 de las series Q, R, S y T. Las series restantes se imprimirían, en consecuencia, en la Casa de la Monedanacional y en la ex Ciccone Calcográfica.

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Estos billetes ya tuvieron un grado de circulación tal, que incluso hay sitios de subastas y ventas por internet que cuentan con algunos ejemplares en oferta. Un billete de $100 de esta rarísima serie U se puede conseguir a $200. Tal vez el mayor negocio sea para los coleccionistas en este caso.



Fernández, de la UTA, de vacaciones en Miami durante el paro de micros

El jefe de los choferes de larga distancia no quiso suspender su descanso y negoció vía telefónica. Fotos

Relax. El gremialista recibe masajes en las playas de Brasil, durante otra de sus vacaciones.  



foto perfil.com


El sindicalista Roberto Fernández, secretario general de Unión Tranviarios Automotor (UTA), descansaba en Miami mientras su sindicato protagonizó esta semana un paro de micros de larga distancia.
El jefe de los colectiveros pasó sus vacaciones de invierno en el verano de Florida y negoció vía telefónica desde las playas estadounidenses con los funcionarios del Ministerio de Trabajo para lograr que su gremio levante la medida de fuerza, confirmaron fuentes oficiales a este diario. El paro impidió que decenas de micros cumplan con los viajes programados este semana.
Lejos del frío. La UTA inició las medidas de fuerza en reclamo de una suma retroactiva que las empresas de transporte se niegan a pagar.

Gerardo Martínez era para los represores un agente “leal y útil”

Fuente: Clarín


POR MARCELO LARRAQUY

Entre 1981 y 1984 operó para la Inteligencia de Campo de Mayo. Allí había un centro clandestino de detención.


Encuentro. El lunes 16, la Presidenta y el titular de la UOCRA. En la dictadura era “Gabriel Mansilla”/Marcelo Genlote

22/07/12
El lunes 16, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada, la Presidenta recibió a un grupo de 50 sindicalistas cercanos al oficialismo y opositores a la conducción de Hugo Moyano en la CGT. A la derecha de Cristina Fernández de Kirchner, estaba sentado Gerardo Martínez , titular de la UOCRA. Durante la dictadura, en la comunidad informativa de la inteligencia militar, se lo conocía con el seudónimo de “Gabriel Antonio Mansilla”.
Martínez actuó como agente secreto delDestacamento 201 de Inteligencia de Campo de Mayo , según su foja de servicios, que se publica por primera vez, en la que se lo califica como “agente leal y útil” (ver Una foja...). En julio del año pasado, Martínez había sido denunciado en el juzgado federal del juez Ariel Lijo como agente del Batallón de Inteligencia 601 por el sindicato de la construcción SITRAICy organismos de derechos humanos (APDH, AEDD, APEL, entre otros).
La Secretaría de Derechos Humanos admitió que Gerardo Alberto Martínez (DNI 11.934.882) figuraba en el listado del Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Batallón 601 , aunque informaba que había actuado entre marzo de 1982 y diciembre de 1983. El 3 de julio, en declaraciones aradio Mitre , Martínez dijo que había sido convocado por los militares para la reconstrucción de las islas Malvinas una vez que las Fuerzas Armadas dominaran el territorio, pero que él no tuvo “nada que ver con la dictadura, ni había firmado nada”.
Ambas informaciones están desmentidas en su legajo microfilmado,archivado en el Departamento de Personal de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército.
Según la revisión de las fojas, Martínez es presentado en julio de 1981 en el Destacamento de Inteligencia 201, con asiento en la guarnición de Campo de Mayo, y comienza a actuar en octubre de 1981 , mes en el que cobra su primer sueldo. Para entonces no había ningún plan para reconquistar las islas. Además, Martínez jura (y firma) servir con “lealtad y fidelidad” al organismo militar (ver abajo) .
El Destacamento 201 al que sirvió Martínez dependía del Comando de Institutos Militares. Durante la dictadura sus jefes fueron los generales Riveros, Montes, Nicolaides y Bignone.
El Comando tenía el control operacional sobre la “Zona 4”, que comprendía los partidos de Escobar, General Sarmiento, General San Martín, Pilar, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López y San Fernando (de donde era oriundo Martínez).
El Comando de Institutos Militares remitía información al Batallón de Inteligencia 601, adonde también reportaban las “comunidades informativas”, del personal militar, policial, gendarmería, prefectura, delegaciones de la SIDE y el personal civil de inteligencia. A partir de esa información, actuaban los distintos “grupos de tareas”. Muchos militares y civiles que prestaron servicios en el Destacamento de Inteligencia 201, también lo hicieron en el Batallón 601 , como era el caso del PCI Gerardo Martínez.
El titular de la UOCRA ingresó a la inteligencia militar a los 25 años, con el seudónimo de “Mansilla Gabriel Antonio”.
Su especialidad fue “Agente de Reunión en el ámbito Gremial”.
Su destino era el SAEIC, Sección de Actividades Especiales de Inteligencia y Contrainteligencia. Martínez ingresó como agente secreto (“C3) a “horario completo”. En algunos casos, los agentes participaban de los operativos para garantizar su efectividad.
Recibían una remuneración complementaria por “actividad riesgosa ”.
El juramento por “fidelidad y lealtad” con el órgano de la inteligencia militar Martínez lo efectúa en enero de 1982 con el mayor Alfredo Filippelli, 2do jefe del Destacamento 201, en Campo de Mayo. En 1983, el jefe del SAEIC, el capitán Raúl Fernando Delaico , lo recomienda para el ascenso por su tarea entre 1982 y 1983.
En el Destacamento 201 impartían cursos de “Perfeccionamiento para auxiliar de inteligencia” para capacitar al personal en procedimientos especiales para la “obtención de información”. La justicia trata ahora de determinar si Martínez formó parte de esos cursos de “Interrogadores”.
En la causa de la “Contraofensiva montonera”, Lijo condenó al agente Julio Héctor Simón (“El Turco Simón”) a 23 años de prisión. Simón teníala categoría “In 14, cuadro C-3”, la misma jerarquía que detentaba Martínez.
En su última reunión con los gremialistas, quizá sin los antecedentes durante la dictadura del jefe de la UOCRA, la Presidenta puso a Martínez en primer plano, a su derecha. O quizá, aún en conocimiento de ellos, les restó importancia, y lo considera un hombre útil para la coyuntura gremial.


UNA FOJA DE SERVICIOS QUE MARCA PROGRESOS Y ASCENSOS



Secreto. Martínez en los años ‘70

22/07/12
En la foja 1 del microfilm de su legajo personal, se menciona que Gerardo Martínez está vinculado al mayor Roberto Edgardo Gordillo, del Batallón 601, quien recomendó su ingreso a la inteligencia militar. A continuación, el detalle de las fojas.
Extractos: Foja 6: ideología política: Partido Nacional Justicialista.
Fojas 31 y 37: da cuenta que opera bajo el seudónimo de GABRIEL ANTONIO MANSILLA en el Destacamento de Inteligencia 201. Destino interno S.A.E.I.C. Cargo: “Agente S”.
Fojas 40 y 41: Está conceptuado como “ capaz y útil en su trabajo específico , con excelente nivel de desempeño para las tareas que se le ordena”. Buenas condiciones intelectuales. Se le llama la atención por cierta informalidad en el cumplimiento de los horarios, “de suma importancia para el desarrollo de inteligencia”. Se notifica que su especialidad es “Agente de Reunión en Ámbito Gremial”.
Foja 44 : “Concepto: agente leal, disciplinado y con amplios conocimientos y contactos a nivel gremial que debe supervisar en la actividad informativa ya que tiene capacidad para ello, habiendo logrado en los últimos tiempos una superación mayor a la que regularmente mostraba”. El capitán Raúl Delaico lo recomienda “apto” para ascenso por sus tareas en el período 15/10/82 -15/10/83.
Foja 48: Durante la siguiente evaluación anual (15/10/83-15/10/84), se elogia su “elevada dosis de responsabilidad e iniciativa.
Supo adaptarse rápidamente al trabajo específico”.
Foja 56: El 18 de enero de 1982, en la unidad militar de Campo de Mayo, jura guardar “lealtad y fidelidad con la patria y con el organismo que reviste y guardar el secreto más absoluto en el desempeño de sus funciones y tareas”. El acta de juramento está firmada por el mayor Alfredo Filippelli y el propio Gerardo Martínez.
Foja 60: Se lo menciona como personal C3 In 14, Clase 1. Personal Civil 10.074/81.
Fojas 65 y 66: Bajo el seudónimo de “Gabriel Mansilla” (Categoría IN 14, Cuadro C. Subcuadro C3) solicita la renuncia por tener “excelentes posibilidades de progreso en la actividad privada”.
El 20 de agosto de 1984 el teniente coronel Julio César Durand (legajo 11453), jefe del Destacamento de Inteligencia 201, acepta su baja y anota: “Puede considerarse como apto para ser reincorporado”.

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