miércoles, 16 de enero de 2013

COMUNIDAD QOM


Continúan los asesinatos de miembros de la comunidad Qom ante la pasividad de los gobiernos



Villa Río Bermejito es un pueblo de Chaco que se está haciendo conocido por un nefasto hecho: los ataques cometidos contra la comunidad Qom, o crímenes de odio, como algunos lugareños los describen. La lista de muertos ya es aberrante, mientras que las autoridades locales toman cartas en el asunto y las nacionales parecieran no estar enteradas.
Los ataques suelen ser violentos y con saña: a Imer Flores lo encontraron tirado en el río, desfigurado por los golpes, por su crimen se encuentra detenido un “criollo” llamado Nino Franco. A Alberto Galván también lo encontraron en el río con un disparo y mutilado, pero no hay detenidos porque la policía consideró que se ahogó sólo intentando escapar de asaltantes.
Alberto Montenegro fue ahorcado con los propios cordones de sus zapatillas. Juan Aguirre fue asesinado a golpes mientras llevaba dinero para las cooperativas, Claudio Alvino fue acuchillado en una fiesta y una joven de quince años fue violada por tres criollos. Todos estos últimos hechos de violencia permanecen impunes y peor aún, los culpables continúan protegidos.
Y pareciera, incluso, que la costumbre de está extendiendo y atravesando las fronteras ya que la semana, en Formosa, encontraron muerto a golpes a otro Qom, esta vez un niño de 12 años llamado Juan Manuel Díaz Asijak, quien era sobrino del líder comunitario Félix Díaz. Por este crimen (y otros más registrados en el lugar) hoy se concentrarán originarios frente a la casa de dicha provincia.
Del pueblo chaqueño en cuestión, se dice que es una comunidad dividida a la mitad: los criollos o chaqueños por un lado y los originarios por el otro, esos que descienden de los que vivían allí hace 200 años, cuándo el norte se empezó a poblar a la par de las extensiones de los caminos del Virreinato del Alto Perú.
Curioso que se los llame “originarios” cuándo parecieran despojados de su origen, cuándo los gobiernos mismos los colocan dentro de un grupo minoritario que “no son ellos ni nosotros” : ni argentinos, ni chaqueños, ni norteños, son Qom. Tal vez por eso nadie haga nada o muy poco. Mientras, sus reclamos por tierra continúan desde hace década, aunque ahora tuvieron que agregar otras preocupaciones a la lista
A continuación se reproduce una carta que, hasta la fecha, no recibió respuesta, ni tuvo la trascendencia que alcanzó el video hot de Florencia Peña o las declaraciones de Ricardo Darín. Está dirigida a la presidente, Cristina Kirchner y fue escrita el 10 de enero por Lenguaraz Pablo Denardi, de la comunidad Qompi Naqona’a de Villa Río Bermejito, en ella se exponen algunos de los casos mencionados y se pide algo básico, un simple derecho humano: justicia.
“Le escribo en nombre de los que si le escriben, son perseguidos o asesinados.
Perdone usted se le moleste, nuestra playa recibe muertos, mientras que usted en algún puerto recibe un imponente barco. Hace 500 años recibimos también a muchos hombres de blanco, que hablaban bien como usted, y como usted también hablaban mucho.
Hace ya tiempo nuestros hermanos acamparon enfrente de su casa, la de color Rosa, acamparon hermanos a los que se les quemó la casa, a los que se los golpeó y mató. Usted no nos recibió, seguramente debía llegar algún otro barco, o quizás algún actor importante había acaparado su atención.
Queremos sepa nos siguen matando, queremos sepa seguimos sufriendo. Jorgelina, la hija de Félix (Díaz) tiene miedo de ir a la escuela, varios ancianos portan secuelas por los golpes dados aquel día de lluvia en la ruta.
Andrés Silva murió por negligencia médica, Galván flotó en el río el 23 de enero de 2012, Imer apareció en la playa este pasado sábado 5 de enero de 2013, y este miércoles 10 de enero Pablo Asijak enterró a su hijo.
Celestina y un bebé de diez meses, en sueños aparecen y nos hacen doler el alma. La joven violada en Espinillo sigue adoleciendo por la injusticia cometida.
Y yo un lenguaraz, que tiene su color de piel, odia tener que ver todo este dolor que lo rodea. Quisiera que viera los ojos estos que veo en los rostros de los que hoy son mis hermanos. Quisiera al menos no 6 ni 7 ni 8, sino tan solo una vez usted pueda mirar a los ojos a nuestra comunidad.
Le escribo porque aún creo en las palabras, y por ser uno de los pocos que en lengua castellana le puedo traducir el dolor que aquí se vive. Aquí no llegan los Twitter, ni las teleconferencias, la vinchuca da vueltas por nuestro rancho, y esclavos de la lluvia, a veces de sed morimos.
Pero rendidos no estamos, y no es desde la lástima que le escribo. Sino desde el resisto diario con el que alimentamos nuestra lucha. Y aunque pocos escuchan, llegará el tiempo en que haremos una obligación el que nos preste sus oídos. Llegará el tiempo en que el río no nos traiga más dolor. Llegará el color del monte a florecer nuevamente.
Le escribe quien rodeado de muertes, persigue la esperanza de hacer renacer la vida. Lo más terrible se aprende enseguida, lo hermoso nos cuesta la vida.
Aiom nitogoñe kaika carcañipi qom, naroqshe pexaraiq.

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