miércoles, 21 de diciembre de 2016

SE DUPLICO LA CANTIDAD DE GENTE QUE DUERME EN LA CALLE.

pPOLITICA FRACASADA DE UN GOBIERNO - DE NO PREOCUPARSE DE LA NATALIDAD DEL CRECIMIENTO DE LA EDUCACION DESPUES LO QUEJAMOS LA CANTIDAD DE DELINCUENTES QUE TENEMOS O SERAN LOS FUTUROS GUERRILLERO MIENTRAS MAS ANALFABETO Y MENOS LO PREOCUPEMOS MAS CARNE DE CAÑON



Las entradas de los bancos y los portales de los edificios en construcción son algunos de los refugios más elegidos por quienes duermen a la intemperie, hoy el doble que hace 3 años.
La mayoría duermen en el microcentro.
“Los que llegan son muchos más de los que se van”, dijo Carolina, una joven de poco más de 20 años que llegó de San Luis para buscar trabajo y no lo encontró, al diario ‘Perfil’.
Las organizaciones que ayudan a la gente que vive en la intemperie corroboran su percepción.
El último censo de la ONG Médicos del Mundo (MDM) arrojó que la cantidad de personas que duerme en la calle se duplicó en sólo tres años. Pasó de 674 durante los meses de otoño e invierno de 2009 a 1.283 en el mismo período de 2012.
Este año podría haber aún más. La Fundación Sí, que está comenzando las Recorridas por el Frío, calcula que ya son cerca de 1.400 personas.
La información contrasta con la del censo del Gobierno porteño que muestra una disminución constante, de más de 1.300 en 2009 a 848, el año pasado. Según explicaron desde el Ministerio de Desarrollo Social, la diferencia podría deberse a que el relevamiento se hace cada año durante solamente un día del mes de diciembre, un problema metodológico que también señalan desde MDM.
En la calle sobreviven familias enteras, que duerme con su esposa y su hijo de dos años en la puerta de un edificio en Balvanera.
También hombres solos, que vive en la Terminal de Constitución, pero va todos los días a leer a la Biblioteca del Congreso, “para mantener ocupada la cabeza”. En los últimos años, sin embargo, el mayor crecimiento se dio en los jóvenes.
“Desde 2010, cada vez hay más gente de entre 18 y 24 años, y no solamente en Buenos Aires, sino en todas las ciudades importantes del país. Casi siempre la causa es la misma: el paco”, explica Manuel Lozano, vicepresidente de la Fundación Sí. María Luisa Arredondo, que reparte comida todos los jueves en la Plaza Congreso, con el grupo Amigos de la Calle de la Parroquia San Egidio es más cruda: “No duran mucho, porque la droga los mata enseguida, pero viene gente nueva a un ritmo mucho mayor”.
“Producción Nacional” Ignacio Beltran: En breve seremos ciudadanos de 2º en nuestro propio pais.
La situación económica del país también contribuye con el problema. “Aunque no haya índices para saber exactamente los porcentajes, es claro que la pobreza y la indigencia son importantes. Se ve también mucha gente del Conurbano, porque aun en la calle, la Ciudad ofrece mayor protección, seguridad y acceso a los alimentos”, señala Javier Meritano, vicepresidente de MDM, según ‘Perfil’.
Pero tener empleo tampoco es garantía de conseguir una vivienda. A pesar de que la construcción fue récord en la última década, la ONG calcula que hay 16.353 personas con problemas habitacionales (incluyendo a quienes duermen en paradores, viven en inquilinatos o fueron desalojados recientemente). Si bien en los últimos años la cantidad de plazas en los paradores de la Ciudad pasó de 1.297, en 2009, a 1.853, sólo se pueden utilizar durante la noche. Por la mañana, la calle espera de nuevo.
“El problema tiene múltiples causas. La pobreza, la pérdida del empleo, pero también las situaciones violentas en la familia o patologías psiquiátricas. Por eso, aunque mejoramos la infraestructura, y hoy hay más personas que aceptan dormir en paradores, todavía muchos no quieren”, indica la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
El factor determinante es la falta de contención, familiar, social y gubernamental. “Sobre todo en los más jóvenes suele haber una situación, frecuentemente de violencia, que hace que se rompan los vínculos”, indica Lozano. “Solamente 5% de quienes viven en la calle vienen de otros países, y muchos a veces, no tienen familia que los ayude. Eso es porque las colectividades armaron redes de contención que funcionan muy bien, algo que los argentinos no tienen”,  
La presidente hizo cambios en el gabinete que no van a cambiar nada. No mejorarán ni la seguridad, ni la defensa. Sirven, en cambio, para eliminar la candidatura del diputado piantavoto Rossinante.
La presidente Kretina Fernández criticó a quienes no la defienden y predican la paz en lugar de la lucha política a muerte.
Todos lo miraron a Daniel Scioli que estaba a pocos metros de ella, pero si bien el bonaerense pudo haber sido el principal blanco de los reproches, cualquier otro gobernador “Kkista” -esos que han recibido fondos abundantes del Tesoro Nacional- estaba en idéntica situación.
El razonamiento presidencial era tan sencillo como correcto: yo sufro el desgaste, mientras los que quieren sucederme toman distancia para no pagar costos.
Es llamativo que quien se aisló voluntariamente y se rodeó de jóvenes de “la Cámpora” sienta el síndrome de la soledad política.
Es llamativo, pero no ilógico.
Los mismos peronistas con poder territorial que fueron tratados como empleados, ahora esperan en silencio el desenlace de unas elecciones de las que el Kkismo tiene pocas chances de salir fortalecido.
Ante la certidumbre de que se está llegando al final de un ciclo, esperan que los indolentes -Scioli y Sergio Massa- jueguen sus fichas, mientras se mantienen al margen. No abren la boca cuando las denuncias de corrupción hieren a la presidente y las medidas económicas que ensaya no resuelven ningún problema.
El problema de fondo es el económico y lo generó el propio gobierno.
El nivel de gasto delirante con fines electorales fue contraproducente.
Sobran pesos y faltan dólares; hay mucha inflación y la pagan los asalariados; nadie hace el ajuste y todos desconfían de que termine produciéndose solo y con el triple de costo.
La expectativa es tan mala que resulta paralizante. Así como en tiempo de los “superavits paralelos” se produjo un ¨círculo virtuoso¨ de crecimiento, con el “modelo” casi fundido sobrevino un círculo vicioso: más inflación, más atraso cambiario, menos competitividad, menos empleo, etcétera, etcétera.
Cuando la economía funciona como una locomotora, la política se simplifica.
Cuando está estancada, los errores son pan de todos los día.
La presidente resolvió desplazar a Nilda Chichita Garré que había fracasado rotundamente en el área de seguridad para reemplazarla por Arturo Bestia Puricelli, que había fracasado rotundamente -y con escándalo- en el área de Defensa.
Le secuestraron la fragata “Libertad”, se le hundió un barco en el puerto y gastó fortunas en el alquiler de rompehielos.
Con esos antecedentes el enroque resultaría incomprensible. Pero es comprensible, en cambio, porque el futuro ministro de Seguridad será en realidad el vice, Sergio Galeno Berni, como ocurría con Garré.
A lo que hay que agregar que su principal mérito radica en controlar a las fuerzas de seguridad en lugar de controlar el delito, por lo que la inseguridad seguirá como hasta ahora.
Nada que haga la política bajo las actuales circunstancias, modificará esa situación. El problema excede largamente la capacidad presidencial de resolverlo.
Por otra parte el futuro ministro de Defensa será el presidente del bloque de diputados “Kkista”, Agustín Rossinante.
Apenas se conoció la novedad hubo coincidencia en que se trataba de la proverbial “patada para arriba”. Llevarlo al gabinete para sacarlo de la candidatura en Santa Fe, donde ya salió tercero en la última elección y donde pensaba reincidir.
Otro ejemplo de las complicaciones políticas del Kkismo es la cadena de errores.
No sólo comete errores gruesos como la reforma judicial que quedó frenada en la Justicia, sino también pueriles, pero igualmente nocivos.
“8910″ Alejandro Fargosi: La reforma judicial es inconstitucional y no va a prosperar estoy seguro.
Para asordinar las denuncias de corrupción pretendió usar el fútbol por TV y terminó potenciando el escándalo.
Intentó manchar a la diputada Elisa Carrió con una denuncia de corrupción a través de un medio oficialista y sólo consiguió poner en evidencia sus intenciones y la eficacia nula de sus operaciones mediáticas.
El aumento de la tensión que está en la base de esta cadena de errores se vincula con la definición de candidaturas.
El gobierno no sólo tiene una capacidad limitada para lograr que la economía remonte antes de octubre, sino que también carece de candidatos atractivos.
En Buenos Aires hay opositores competitivos, pero no oficialistas.
Los pronósticos sobre la participación de Sergio Indolente Massa (¿70% de imagen positiva?) cambian todos los días, pero si participa, lo haría contra el gobierno. Una toma de posición que reflejaría el estado de ánimo de la dirigencia peronista.
La misma dirigencia que se cuida de defender a la presidente, aunque se enoje.

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